Es obligación poder
transmitir estos datos a quienes lo requieren con frecuencia, señalando su humilde
origen y los méritos logrados a través de su trayectoria, pero esencialmente su
espíritu solidario y humano para con los más necesitados.
El Dr. Humberto P. Burgos
nació en Salta capital un 22 de febrero de 1919.
Sus padres, Julia Díaz y
Humberto Celestino Burgos, eran oriundos de Cafayate y se radicaron a fines de
1890 en la ciudad de Salta.
De niño, junto a sus 4 hermanos (tres mujeres y un varón) y sus padres, desarrolló tareas rurales, a la vez que cursaba sus estudios primarios en la Escuela de Río Ancho, cercana a la Finca de Limache. Era el tercer hijo, pero de los varones era el mayor.
De niño, junto a sus 4 hermanos (tres mujeres y un varón) y sus padres, desarrolló tareas rurales, a la vez que cursaba sus estudios primarios en la Escuela de Río Ancho, cercana a la Finca de Limache. Era el tercer hijo, pero de los varones era el mayor.
El Colegio Belgrano lo
acogió para realizar sus estudios secundarios, destacándose como un alumno
brillante. Posteriormente cumplió el servicio militar obligatorio en La Rioja.
Su vocación por la justicia fue respaldada por sus padres, lo que dio paso al
ingreso a la Universidad Nacional de Córdoba.
Culminando el segundo año falleció su padre, por lo que interrumpe sus estudios y regresa a Salta para continuar el trabajo rural familiar.
Cinco años después, cuando su hermano varón menor crece, decide retomar sus estudios universitarios. Así es como regresa a Córdoba, donde además de estudiar trabaja en una fábrica de alfajores (entre otros oficios). Culmina su carrera universitaria en 1952, desempeñándose como empleado del Juzgado Electoral de Córdoba.
Córdoba y los movimientos sociales marcaron a fuego su convicción política peronista, siendo como estudiante activo militante, lo que acrecentará en su vida profesional.
Culminando el segundo año falleció su padre, por lo que interrumpe sus estudios y regresa a Salta para continuar el trabajo rural familiar.
Cinco años después, cuando su hermano varón menor crece, decide retomar sus estudios universitarios. Así es como regresa a Córdoba, donde además de estudiar trabaja en una fábrica de alfajores (entre otros oficios). Culmina su carrera universitaria en 1952, desempeñándose como empleado del Juzgado Electoral de Córdoba.
Córdoba y los movimientos sociales marcaron a fuego su convicción política peronista, siendo como estudiante activo militante, lo que acrecentará en su vida profesional.
Se destacó como abogado
litigante en el fuero penal, se desempeñó como Fiscal del Crimen y Juez del
Crimen, siendo perseguido por su militancia peronista y obligado a renunciar
ante el golpe de Estado de 1955.
Continuó con su ejercicio profesional, posteriormente fue Camarista Laboral, luego Diputado Provincial durante dos períodos y Jefe de Abogados del Banco Provincial de Salta por concurso. Pero una vez más, la persecución y amenazas a su persona y familia durante el golpe de Estado de 1976 lo obligan a renunciar en ésta última función. Retoma el ejercicio profesional con el advenimiento de una nueva esperanza democrática en 1983, asumiendo como Ministro de la Corte de Justicia y Vicepresidente de la Corte de Justicia, tarea que cumple hasta 1989.
Continuó con su ejercicio profesional, posteriormente fue Camarista Laboral, luego Diputado Provincial durante dos períodos y Jefe de Abogados del Banco Provincial de Salta por concurso. Pero una vez más, la persecución y amenazas a su persona y familia durante el golpe de Estado de 1976 lo obligan a renunciar en ésta última función. Retoma el ejercicio profesional con el advenimiento de una nueva esperanza democrática en 1983, asumiendo como Ministro de la Corte de Justicia y Vicepresidente de la Corte de Justicia, tarea que cumple hasta 1989.
A los 72 años retoma el
ejercicio profesional y sus paren lo elijen como Presidente de la Caja de Seguridad Social para Abogados y Procuradores
de Salta, cumpliendo dos mandatos.
Los militantes peronistas lo
elijen como Presidente de la Comisión de Homenaje al Gral. Juan Domingo Perón y
Eva Perón, tarea que cumple hasta el fin de sus días.
El ejercicio de su
profesión fue su pasión, la que llevó adelante hasta sus últimos días. Falleció
el 8 de marzo de 2008, a los 89 años.Su legado fue su
compromiso social con el que menos tiene, su convicción política por la
justicia social, el desinterés económico, el enorme sacrificio en sus luchas políticas y la generosidad
presente ante la necesidad del prójimo.
Un figura de gran trayectoria donde se destacan su humildad y compromiso social.
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